Punto de partida
Grove Capital, la firma chilena que conectará a inversionistas estadounidenses y latinoamericanos
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¿Por qué no en Chile? Cuando en 2016 el abogado de la UC Juan Luis Palma escuchó al emprendedor serial estadounidense Will Poole contar su proyecto de armar una aceleradora de inversión con impacto, con foco en países emergentes de África y Asia, no dudó en hacerle la pregunta.
Poole, ex alto ejecutivo de Microsoft y cercano a Bill Gates, quien había sido invitado a contar su trayectoria a un curso de MBA en la London Business School, no sospechó que tras esa charla un alumno cambiaría el foco del proyecto que estaba por lanzar.
Palma le pidió unos minutos para darle unas ideas sobre por qué invertir en Latinoamérica era una gran oportunidad, caminaron por la capital inglesa durante una hora y el norteamericano se convenció: Palma armó ese brazo de la compañía y se convirtio en el director de inversiones y director regional para América Latina y tras terminar sus estudios, se radicó en Seattle.
Palma en estos 5 años no solo conoció a Bill Gates, el principal aportante de Capria, sino además acumuló contactos y experiencia de la mano de un grupo de “gurús” del mundo venture. Por eso a fines del año pasado pensó que era el momento de armar su propia firma de inversiones. Entonces ahora él se hizo la pregunta: ¿Y por qué no en Chile?
Los primeros fichajes
Hace ocho meses el abogado se instaló en Santiago con su mujer y sus tres hijos después de vivir 10 años fuera del país. En marzo fundó Grove Capital con dos socios, Francisca Cox (ex ejecutiva de Activa de LarrainVial) y Conner Lachenbruch, estadounidense que vive en San Diego (será el puente con EEUU), con quien había trabajado en Capria.
No es el único contacto que mantendrá con la empresa: dos de los socios de aquella firma, Poole, además de Dan Kranzler (también con larga trayectoria en venture y startups: fue uno de los primeros inversionistas de Starbucks) serán consejeros activos de su empresa.
Grove Capital será puente entre inversionistas estadounidenses y latinoamericanos.
Y fichó como clientes a dos de los fondos con los que trabajó mientras estuvo en EEUU. Para afinar los últimos detalles, en agosto viajó a Seattle, donde se reunió con diversos inversionistas. Uno de ellos es Vulcan, el family office de Paul Allen, cofundador de Microsoft y ex socio de Gates (murió en 2018). Se juntó con el director ejecutivo en su oficina Pioneer Square. “Quieren que Grove sea su originador de posibilidades de inversiones”, adelanta Palma.
También se reunieron con CREO (Clean, Renewable and Environmental Opportunities), “fondo que tiene US$ 800 mil millones para inversiones con impacto medioambiental y buscan oportunidades en Latinoamérica. Para hacerse una idea, las AFP administran US$ 200 mil millones”. Como anécdota: fue él quien les dijo que “creo” significa “believe”.
Cuenta Palma que los últimos días en Seattle conversó con los socios de Quiet Capital, “que, tal como dice su nombre, prefieren mantener en silencio quiénes son y cuál es su portafolio. Eso sí, me explicaron que tienen 300 inversiones con un retorno de 33% y pérdidas de 7% y que quieren poner fichas en Latinoamérica”.
E8 es un grupo que reúne a ex ejecutivos de Microsoft que invierten en energía, y que miran Chile con interés. Palma también los contactó.
“La idea es que en Grove seamos puente para lado y lado: las empresas norteamericanas tienen interés de invertir en la digitalización de Latinoamérica o, en el caso de Vulcan, CREO y E8, en firmas con impacto medioambiental. Y existen proyectos interesantes de hidrógeno verde, agtech y biotech que están mirando. Por otra parte nuestro foco es dar acceso a inversionistas latinos, a fondos en EEUU.
De esta manera, si un chileno quiere invertir en venture capital en EEUU, tendrá las puertas abiertas a los mejores deals y oportunidades de inversión”, asegura Palma, quien agrega que esto lo acreditan los integrantes del equipo, los asesores, conexiones y entidades con las que trabajan allá. Otro “advisor activo” se integró esta semana: Francisco “Wicha” Larraín, famoso entre los emprendedores.
Foco en la Patagonia
El brazo inmobiliario de Grove es Patagonia Reserves. Entre sus clientes destaca Explora, con quienes por estos días Palma recorre esa zona del sur de Chile para afinar un proyecto de conservación de tierras.
“Mi misión es que vengan muchos Tompkins, empresarios norteamericanos con preocupación en el medio ambiente. Y, sobre todo en Seattle, ciudad similar al sur de Chile, con mucha vegetación y lagos, ese perfil es numeroso”, adelanta.
En esta área ya hay 10 proyectos en carpeta, y el de los Ibáñez en la Patagonia, es el principal. También hay una iniciativa en un parque nacional en Utah. “A los gringos estos temas les apasiona. Solo hay que mostrarles oportunidades. El cambio climático ha despertado mucho interés en este tipo de inversiones”, dice. “En Seattle conocimos a estas personas con quienes se nos abrieron enormes posibilidades. Estuvimos en el lugar correcto en el minuto correcto”.
Medir el impacto
Uno de los desafíos de las firmas que invierten en impacto es, precisamente, la medición de ese impacto. “En general hay poca certeza de cuál es el real efecto del emprendimiento que dice estar apoyando una causa concreta”, relata Palma.
Para poder tener esa garantía, armaron un deal con Proof of Impact, fundado por una dupla africana estadounidense: Fleur Heynes y Shannon Boselli. “Trabajaremos semanalmente juntos para medir, a través de su plataforma, el impacto social y medioambiental de las diferentes empresas y fondos y así dar crédito y que no sea solo marketing”, explica.
A la fecha, Grove dispone de oportunidades de inversión para recibir capital por US$ 500 millones. Juan Luis Palma cree que el monto se podría duplicar de aquí a fin de año.
Francisca Cox, Conner Lachenbruch y Juan Luis Palma son los tres socios de Grove Capital.